Mikel Del Val, Alumno
Internacional
Una nueva tragedia volvió a
salpicar al deporte. El pasado dos de agosto, un joven argentino de 13 años fallecía
durante el transcurso de un entrenamiento con su equipo, el Club Andes Talleres.
Miembros del club informaron que el joven había pasado todos los exámenes
médicos satisfactoriamente, y que no se le había detectado anomalía alguna. Sin
embargo, esta pérdida abre de nuevo un antiguo debate, ¿hasta qué punto es
importante que los deportistas pasen sus respectivos reconocimientos médicos
antes de practicar deporte de competición?
Hace dos años en el País Vasco un
joven jugador de 26 años fallecía a causa de un infarto en el transcurso de un
partido de su equipo. A raíz de este suceso, la Federación Vasca de fútbol
endureció sus medidas para poder atajar anomalías al resto de jugadores
federados. La medida que adoptó la federación fue clara: todos los jugadores de
fútbol del País Vasco debían pasar su respectivo reconocimiento médico para
poder practicar el fútbol.
El médico Juan Carlos Martín |
El médico Juan Carlos Martín
constata que “las pruebas médicas son eficaces pues detectan numerosas
anomalías cardiovasculares y respiratorias que, de otro modo, pasarían
inadvertidas y más tarde podrían traducirse en situaciones de alto riesgo
vital”.
A partir de noviembre de 2014,
todos los jugadores federados del País Vasco tuvieron que someterse a sus
respectivas pruebas médicas. Pese a que la mayoría de los jugadores pasaron su
reconocimiento con normalidad, hubo casos en los que se detectaron irregularidades.
“A mí me encontraron una anomalía cardiovascular en el pertinente
reconocimiento médico. Debido a ello, he estado un año parado, pero gracias a
ello ahora puedo seguir practicando el fútbol con normalidad” añade Aitor,
jugador del Oiartzun. En cambio, Jon no tuvo la misma suerte. “Me detectaron
una anomalía cardiovascular que me ha obligado a dejar el fútbol de manera
indefinida. Me dijeron que no es definitivo, que puede ser una enfermedad
hereditaria, y que me siga sometiendo a pruebas regularmente. De momento parece
que todo va por buen camino. Si no hubiera pasado el reconocimiento médico no se
me habría detectado” indica el futbolista del Oiartzun.
Luis, entrenador del Oiartzun, agradece
las medidas adoptadas por la federación ya que “los jugadores llevaban
demasiado tiempo sin someterse a exámenes médicos. Era esencial que volvieran a
pasar un nuevo reconocimiento médico para descartar anomalías”.
Pese a que, a priori, estas
pruebas ayudan a detectar anomalías en el cuerpo humano, Martín indica que “aun
tomando todas las medidas pertinentes, a día de hoy, se producen algunas auténticas
desgracias en gente joven y, en principio, sana que han pasado todas las
pruebas sin presentar problemas”, ya que la muerte súbita es impredecible. Ante
estas situaciones conviene actuar rápidamente. Martín constata que “en una
competición de élite, ya existe un facultativo en el terreno que suele dominar
la técnica de la reanimación cardiopulmonar avanzada para iniciar las primeras
medidas de resucitación”. Para ello, Martín añade que para poder actuar
rápidamente y exitosamente “los recintos deportivos deberían estar dotados de
un desfibrilador automático y de la presencia de un médico deportivo durante el
tiempo que durase la competición”.
El desfibrilador debería ser un elemento indispensable en un recinto deportivo.
También agrega que para poder
intervenir en estas situaciones “los entrenadores deberían conocer las técnicas
para realizar la resucitación cardiopulmonar básica hasta la llegada de los
servicios sanitarios. En mi opinión, cada equipo federado debería estar
obligado a tener un médico en el cuerpo técnico”.
Si en el transcurso de un
acontecimiento deportivo sucede una desgracia de esa índole, Martín asegura que
los recintos deportivos deberían ser accesibles para los servicios sanitarios
“ya que no sólo los jugadores pueden presentar situaciones patológicas de
riesgo vital, sino que también los espectadores que asistan a la competición.
Por ello, los servicios sanitarios deben tener facilidades para el acceso, la
asistencia y la eventual evacuación de la víctima”.
Acceso para ambulancias y servicios sanitarios en un estadio de fútbol.
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